Lago en Alaska

Shell cesa la exploración de gas y petróleo en Alaska

El proyecto de la empresa se había convertido en un símbolo de protesta para los ecologistas

Después de crear varios conflictos ecológicos, la multinacional dejó de perforar los yacimientos y de invertir en el área. Shell detendrá la búsqueda de petróleo y gas en el Ártico; en concreto, en Alaska. El proyecto de la empresa se había convertido en un símbolo para los ecologistas, que acusaban a la Administración de Barack Obama de caer en la hipocresía por incluir en su agenda la lucha contra el cambio climático y autorizar prospecciones en el Ártico a la vez.

El océano Ártico es uno de los puntos del planeta en los que las consecuencias del calentamiento global se aprecian más fácilmente. Los científicos alertan de la disminución del hielo que está desencadenando el cambio climático.

Este océano, a la vez, está en el punto de mira de las grandes multinacionales por las reservas de hidrocarburos que se cree que alberga. Y, según el consenso científico, la quema de esos combustibles es una de las causas del calentamiento debido a los gases de efecto invernadero que liberan.

La empresa angloholandesa Shell es una de las que lleva años con el Ártico en sus planes. Este verano, gracias al permiso otorgado por EEUU, comenzó sus prospecciones en el pozo Burger J, en el mar de Chukchi, frente a las costas de Alaska. Afortunadamente, el pasado lunes, la empresa ha comunicado que abandona este proyecto.

Auroras boreales en Alaska
Este lugar está en el punto de mira de las grandes multinacionales por las reservas de hidrocarburos que alberga | Getty Images

Las estrictas medidas de seguridad para evitar desastres ecológicos han hecho que todo se encarezca y por eso la compañía subraya que “sigue considerando Alaska como una zona estratégica para sus intereses”, pero selló el yacimiento y no continuará las investigaciones.

Tanto las organizaciones ecologistas como buena parte de los inversores habían expresado su temor ante posibles accidentes. Para los ecologistas, una fuga supondría una auténtica catástrofe medioambiental. Shell cifra el valor del proyecto Alaska en 4.100 millones de dólares, y ha asegurado que “se hará cargo de las consecuencias (financieras) de la decisión adoptada”.

La organización Carbon Tracker, que aboga por la descarbonización de la economía, ha calificado la retirada de Shell como “una victoria para el sentido común”. Greenpeace también considera una “victoria” el anuncio de Shell. “Este era el proyecto más polémico ahora en el Ártico”, indica Elvira Jiménez, responsable de la campaña de Ártico en España. “Aunque han aumentado las razones económicas para irse, este proyecto ha dañado mucho la imagen pública de la empresa y de Obama”, añade Jiménez.

El Parlamento holandés también ha respirado aliviado. Los socialdemócratas (miembros de la actual coalición gobernante), los liberales de izquierda y los socialistas radicales, ambos en la oposición, creen que “las manifestaciones ciudadanas en contra han surtido efecto, porque los riesgos son demasiado grandes”. El calentamiento global afecta al Ártico, donde la superficie de hielo se reduce durante el verano. De ahí que las firmas petroleras puedan acceder con mayor facilidad a los yacimientos.