Pareja en el altar el día de su boda

Una pareja invita a su boda a 4.000 refugiados sirios

Una pareja turca decidió compartir su casamiento y su alegría con los refugiados sirios

La celebración tuvo lugar en la provincia de Kilis, en la frontera con Siria. Fue el padre del novio quien tuvo la inspiradora idea: si está destinado a ser un día de amor y hermandad, ¿Por qué no convertir al casamiento en un acto de bondad hacia los otros?

Así, Ali Uzumcuoglu convenció a su hijo y a su nuera de compartir ese día tan especial con los menos afortunados. El padre del novio espera que su ejemplo inspire a otros a hacer lo mismo y que todas las celebraciones de boda abran las puertas y den acogida a sus hermanos y hermanas sirios.

Además, dedicó unas palabras a los invitados: “La gente es muy buena. Si todos hiciéramos algo bueno para los demás, nuestro mundo sería mejor. Estoy feliz de ver que la gente se une para ayudar a los que están sufriendo”.

Los refugiados sirios tienen pocas oportunidades para participar en eventos sociales. Ali también felicitó a su hijo y a su nuera por aprovechar la oportunidad de compartir su casamiento con los refugiados. “La gente se reía, bailaban y cantaban. Fue un día muy feliz”, dijo.

Banquete de boda
Los refugiados sirios tienen pocas oportunidades para participar en eventos sociales | Getty Images

Los novios afirmaron que fue “una experiencia maravillosa” poder compartir comida con los necesitados, sentir felicidad haciendo felices a los demás. “Ver la felicidad en los ojos de los niños refugiados sirios no tiene precio”, confesó Fethullah Uzumcuoglu, el homenajeado y anfitrión.

La novia, Esra Polat, también estaba muy contenta por el buen ejemplo que dio su suegro en el casamiento. “La idea de mi suegro fue brillante. Estoy muy orgullosa. Esta fue una oportunidad única para mostrar nuestro amor y apoyo a los refugiados sirios”.

Turquía ha acogido a cerca de dos millones de refugiados sirios. En total, hay cuatro millones de refugiados que han huido de la guerra civil, que comenzó hace cuatro años. Esta gente ha perdido sus casas, sus vidas y su seguridad, merecen la empatía y la ayuda de todos. Ahora, esperamos que otras personas también acojan en sus fiestas a los refugiados sirios o a otras personas que necesiten comer y festejar.