Casita en miniatura de madera sujetada por dos manos en forma de cuenco sobre un fondo negro

Este hombre construyó su casa con sus propias manos, invirtiendo solo 30.000 dólares

En esta pequeña casa, ¡Se pueden hacer grandes cosas! El sueño de una vida más modesta, eficiente y económica hecho realidad

¿Estás cansado de pagar altos precios por el alquiler y enormes facturas? Alek Lisefski, un diseñador web de 31 años, encontró una solución. Construyó con sus propias manos una casa que, no solo es eficiente, respetuosa con el medioambiente y hermosa, si no que ¡Es rodante! Eso sí, no ha renunciado a la elegancia ni al diseño en este proyecto.

¿Quién no ha soñado nunca con al fin tener la casa de sus sueños? ¿Y qué pasaría si esa casa no fuese grande ni lujosa si no, simplemente, libre?

En eso pensó Alek Lisefski, en la libertad y en pensar y actuar por uno mismo. Y lo hizo con inteligencia y con gracia. En vez de gastarse cientos de miles de dólares para comprarse una casa nueva y fija en algún lugar, Lisefski construyó su propio hogar, invirtiendo nada más ni nada menos que 30.000 dólares

La hizo compacta y muy práctica, a la vez que estéticamente bonita. La casita tiene apenas 7 metros de largo y 2,5 metros de alto, pero no le falta de nada.

Esta residencia tan pequeñita es perfectamente móvil, ya que en realidad es un remolque hecho de madera. Este habitáculo representa el estilo de vida, en algún punto heredada, de Henry David Thoreau, el norteamericano que en el siglo XIX vivió por sí solo dos largos años en los bosques, en una cabaña que él mismo construyó.

Dos personas sujetando una casa
Todos los espacios de la casa son funcionales | Getty Images

Lisefski, a raíz de la influencia de Henry David Thoreau, empezó la construcción de su nueva vivienda, “Quería cambiar el foco en mi vida, por eso construí la casa. Vivir en un espacio tan pequeño me llevó a vivir de un modo más simple, organizado y eficiente”, cuenta el joven diseñador web.

En el hogar que construyó con sus propias manos viven él, su novia Anjali y su perro Anya. Su hogar se construyó en Lowa, donde Lisefski vivía, pero una vez terminada, se mudó a California, donde la familia vive, mudando su residencia cuando quieren por todo el estado: playa, bosque, zona urbana etc. “No tenemos que preocuparnos por pagar deudas o cuentas, invertimos ese dinero en cosas que nos dan placer y en viajes”, cuenta Lisefski.

Alek también reconoce que ahora se distrae menos trabajando desde casa y que el habitáculo tiene mucha luz natural, lo cual lo hace parecer más grande de lo que es. Todos los espacios son funcionales, así la cocina, el baño y los armarios, entran en el hogar sin que parezca que están amontonados en el poco espacio del que disponen. Y, por si fuera poco, también disponen de una segunda planta… ¡Con un loft!

El movimiento de las casas pequeñas y ecológicas crece sin parar en California, y es una buena forma de ahorrar a la vez que cumples los tus sueños, y todo dentro de estas casas, hechas a la medida de lo que uno necesita.