Persona leyendo un libro en braille

Gino Tubaro, el inventor que creó un traductor de braille y una mano con impresión 3D

Un argentino de 20 años es premiado por el MIT por sus invenciones para ayudar a las personas con discapacidades

El genio Gino Tubaro, un argentino de 20 años, ha vuelto a sorprendernos con otro invento que ayuda a personas con discapacidades a vivir sin límites. Su primer invento fue un éxito, una mano de impresión 3D que solo cuesta 2000 pesos, que permitió a Felipe Miranda tener una mano completa, un niño de 11 años que había nacido sin dedos.

Ahora las personas ciegas o con problemas de visión podrán traducir libros al braille, para luego imprimirlos y leerlos. ¡Qué maravilla! Gracias a este invento, Gino fue elegido por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts entre los 10 innovadores menores de 35 años líderes de la vanguardia tecnológica “cuyo trabajo y talento tendrán un importante impacto en la sociedad en los próximos años”.

Gino vive en Pompeya, frente a la villa 21-24, y se hizo conocido por crear una prótesis de mano que se puede fabricar con la tecnología de las impresoras 3D. El año pasado, su encuentro con Felipe Miranda, un niño de 11 años que había perdido su mano, conmovió a todos. Sin embargo, Gino sigue trabajando.

Es inventor, así se define él, pero sus creaciones siempre tienen el foco de la ayuda social. Ahora, ha inventado un escáner que traduce el texto impreso a Braille en tiempo real. “Para mí ser inventor es poder inventar soluciones para los problemas de la gente”, dice.

Mano prostética
Su primer invento fue un éxito, una mano prostética de impresión 3D | Getty Images

Es hincha de San Lorenzo, jugó tres años a básquet en el equipo. Está estudiando Ingeniería Electrónica en la UTN y trabaja tres días por semana en el Centro Metropolitano de Diseño. “Tengo varios ídolos, pasando por los clásicos como Steve Jobs, Steve Wozniak, Nikola Tesla, Elon Musk, a tipos menos conocidos como Ladislao Biro, Beakman, Sugata Mitra”, dice Gino.

Entre los diez finalistas, destaca por ser el más joven. Pero igualmente Gino tiene una larga carrera como inventor. A los 13 años, fue premiado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual por haber inventado un dispositivo de seguridad para enchufes. De niño, solía desmontar la plancha de su madre y a los seis años creó el “Blipper”, que permitía guardar las bolitas en un frasco de repuesto a través de un sistema especial.

Hay cuatro lemas que sintetizan el pensamiento de Gino: “Invento para crear un mundo mejor. Investigo con ganas de aprender. Con un objetivo: que sea económico, simple, con un diseño hermoso y efectivo. Y que tenga impacto social. ¿Para qué hacerlo si no ayudas a alguien?”.

Pero hay algo que pone nervioso a Gino: este miércoles, en la ceremonia de premiación, tendrá que dar un discurso frente a gente “bastante importante”, según define. “Me pone más nervioso el discurso que tengo que dar que ser premiado. Después de eso es disfrutar y esperar a que me entreguen el diploma”. Esa “gente importante” son otros emprendedores y autoridades del MIT, que entre los diez proyectos elegirán a dos como el más “innovador del año” e “innovador social”.

Gino siente que ya ha ganado, y en su cabeza se siguen acumulando sueños. Terminar su carrera, estudiar un posgrado en Estados Unidos y llegar a los 15 millones de manos. Nadie puede decirle que eso es imposible.