Chica mirando un monumento en Berlín

Berlín, la primera ciudad que limita el aumento del alquiler

Berlín frena el aumento del alquiler con una nueva ley que ayudará a hacer la vivienda más accesible

Tras un aumento ilimitado del precio de los alquileres en Alemania, su capital llegó al límite. Por este motivo, se introdujo una legislación que regula el precio que se paga por la vivienda. Desde el pasado lunes, los propietarios de las viviendas en Berlín no pueden aumentar el alquiler más del 10 por ciento sobre la media de la ciudad. La nueva legislación no solo se aplica en aquellas viviendas donde ya vivía gente, sino también en los pisos y casas donde se vayan a hacer nuevos contratos.

“El máximo de alquiler es muy importante en Berlín porque la diferencia se está volviendo demasiado grande”, explica Reiner Wild, director de la Asociación Berlinesa de Alquileres. “El otro problema es que tenemos más de 40.000 nuevos habitantes de la ciudad al año, eso hace que el mercado de la vivienda se haya vuelto más importante”, agrega Wild.

Berlín es la primera ciudad europea que pone límite a los alquileres, en tiempos en que encontrar vivienda es cada vez más difícil. Además, la subida de los alquileres define la demografía de la ciudad, ciertas zonas quedan únicamente para personas con un determinado poder adquisitivo que pueden pagar un alquiler muy alto.

Apartamento moderno
Berlín es la primera ciudad europea que pone límite a los alquileres | Getty Images

El alquiler aún no ha llegado a ser tan alto como en otras capitales europeas como París, Londres o Dublín, pero Reiner Wild dice que ahora es el momento de preservar la ciudad y hacerla accesible para residentes con menos ingresos.

Wild y su organización impulsan la creación de viviendas más accesibles, en zonas que no sean las afueras de la ciudad, para personas con bajo presupuesto. El alquiler en Berlín aumentó de 5,5 euros por metro cuadrado en 2005 al doble en diez años. “Las cosas se pusieron locas”, opina Lance Anderson, un británico que llegó a la ciudad en 1998.

Es cierto que la ciudad se ha hecho más culturalmente diversa y rica en opciones gastronómicas y culturales, pero eso no debería implicar un aumento desmedido en los precios de la vivienda. Por eso es una buena noticia que se regulen los alquileres. De hecho, que haya legislación que proteja al ciudadano común, que no dispone de tantos recursos, siempre es muy positivo.